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Byakuya No Sora

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Mensaje por Shana Yukari Lun Sep 21, 2009 10:17 pm

1º Capítulo: Sólo una visión... Una Misión...Y una Promesa...

-Shana... Shana... Shana... Como siempre... durmiendo hasta tarde... desho? Saa... preparate para lo que viene...- El chico le da un almohadazo en pleno rostro a la chica de pelo negro aún dormida... La chica se levanta de mal humor...
-Hiroshi... ¡¿Serás bruto?!...-La chica se levanta de la cama- ¿Nande desu?
-Te ha llegado la carta de aceptación... de la academia...-El chico mira la carta con cara de pocos amigos.
La chica toma la carta y mira con detención el sobre...
-Pensé que no iba a ser aceptada... Y tu?- La chica lamentó haber hecho esa pregunta.
-Nada... Mi padre no quiere que me vaya lejos de casa...
-Ah... era de esperar... cuando entre será lo primero que haré...
-¿Qué cosa?
-Ir a hablar con el director... Recuerda que conocía a mi madre...- La chica puso una cara de melancolía que habria hecho llorar a Hiroshi... Sus padres murieron cuando ella tenía 10 años... También sus hermanos Chikara y Haruka, de 7 años.
Por esa razón, Hiroshi era su hermano... no de sangre... pero eran amigos desde la infancia y eso los hacía
como una especie de vínculo de hermanos...
-Chicos, el desayuno está listo!- La madre de Hiroshi, Sakurai Naoko, era un poco menor que la madre de Shana,además de ser la prima de ésta, así que tras la muerte de la familia de Shana, ella la llevó a su casa...

-Mejor nos movemos, a tu madre no le hará gracia verte con el cuerpo del delito en la mano...- le dice la chica, traviesamente, apuntando a la almohada que Hiroshi todavia tenia en la mano.
-No importa...-Hiroshi deja la almohada a un lado y se dispone a cambiarse de ropa. Al darse vuelta y empezar a sacarse la parte de arriba del pijama, un feroz almohadazo le llega a la nuca
-AUCH! Oye! Espera!¿Por qué hiciste eso?- El chico se da vuelta para mirar a Shana a la cara, ésta está con los brazos cruzados sobre el pecho, totalmente ruborizada, y mirando para el lado debido a que Hiroshi tenía medio abierta la camisa del pijama.
-Te aviso cuando quera verte medio desnudo... ahora por favor, retírate!!!
-Pero, compartimos esta habitación!!!-Dice el chico, medio enfadado
-Urusai!!!-Shana se enoja y lo empieza a empujar hacia el armario...-Ahí te quedas hasta que me cambie ropa wa~ka~tta?-
-*Exhalando un suspiro* Hai...- el chico pone cara de resignación y dice entre dientes- No Importa... algun dia lograré mi cometido...-Esto le cuesta otro almohadazo de parte de su amiga.
-Pedazo de...*Bufa irritada* Hentai!-La chica está ruborizada hasta más no poder... El chico le espeta:-Como si tuviera algo para recrear la vista... Tú no cuentas...-Esta vez no es un almohadazo lo que le llega, sino que un palo en la cabeza.
Al levantar el objeto que le golpeó la cabeza en la parte posterior, se da cuenta que es el Boken de la chica.
-Está bien... ya no digo más burradas...-Y el chico ingresa al armario, luego, Shana cierra tan fuerte que casi saca la puerta del armario diciendo:-¡Y Ahí te quedas!.

La chica procede a cambiarse de ropa para salir rápidamente de la habitación antes de ver el espectáculo que da su amigo mientras él se viste. Al estar ella lista, se dirige al armario y abre la puerta.
-Ya... estoy lista... ya puedes usar la habitación como se te venga en gana...- Hiroshi se queda contemplando la imagen de su amiga un rato... ese vestido... el que ella traía puesto ese día... cuando su familia fue masacrada por los de la Orden Oscura...
-¿Qué? No vas a salir? O esperas que yo te saque?-La chica parece haber vuelto a la normalidad despues del arranque de furia anterior.
-Eh? Ah, sí...-La chica, después de que Hiroshi saliera del armario donde ella lo había encerrado, se dirigió a la puerta y al abrirla...
-Shana?... Espera... Yo... Eh... Bueno...- El chico le quería decir algo pero las palabras se le enredaban...
-Si? qué quieres?- la chica cambió el tono irritado de su voz por uno más suave.
-Emmm... Bueno... Que... tú... -la chica lo mira expectante...- Bueno...- Hiroshi se sonroja y luego sacude la cabeza- Debes sacar la basura hoy... yo lo hice ayer- La chica lo fulmina con la mirada y cierra la puerta tras de sí al salir de la habitación algo enojada.
Al no sentir los pasos de Shana en la escalera, Hiroshi suelta un suspiro y dice para sí mismo:- Ojalá le pudiera decir lo linda que se ve con ese vestido...


En la planta de abajo hay un delicioso aroma alrededor, la madre de Hiroshi, Naoko, cocinaba algún dulce todos los días. Hoy... el preferido de Shana, el Pan de melón, lo cual hace que la chica cambiara el semblante irritado que traía desde la habitación.
Al entrar a la cocina, besó en la mejilla a Naoko, mientras le dedicaba un cumplido:-Eso huele delicioso! Como siempre!
-Ohaio, Shana~chan! Cómo amaneciste?
-Bien, Naoko~Okaa~sama...-La chica le dedica una sonrisa a la mujer, la cual ella también le devuelve.
Se sienten unos pasos desde la escalera, mientras Shana ponía la mesa para desayunar.
-Ohaio, Hiro~tan!-Naoko mira a su hijo como si éste fuera un peluche esponjoso muy tierno.
-Okaa~san...-El chico no puede reprimir el sonrojarse y el quejarse, su madre sabía que él ya no era un niño pequeño...
Shana se ríe por lo bajo, lo suficientemente audible como para que Hiroshi la fulmine a ella ahora con la mirada.
-Está listo!- Naoko empieza a servir lo que había cocinado, mientras Shana le ayuda.-Creo que más adelante, cuando formes una familia, serás una gran madre- Shana ahora se sonroja y no sabe qué decir, pero lo que ahora le llamó la atención es que su amigo también se sonrojó, o eso le parecío a ella, porque Hiroshi giró la cabeza para mirar hacia otro lado. la chica no pudo reprimir una pequeña sonrisa, que al verla Hiroshi, él tampoco se resistió y también sonrió.
Los tres se sentaron a la mesa y desayunaron como lo hacían todas las mañanas, el padre de Hiroshi, Satoru, estaba de viaje de negocios.
Al acabar de desayunar, Shana se levantó para recoger los platos, pero Naoko se los quitó de las manos diciendo dulcemente:- Daijobu yo! Yo lo haré... si queres puedes ir al jardin...-La chica le obedeció y fue al jardín trasero que daba a un pequeño bosque seguida de cerca por Hiroshi.
Shana se paró en seco al ver que era seguida por su amigo.-¿Qué quieres? Tengo cosas que hacer...
-Oye... Lamento lo que ocurrió hace un rato... en la habitación... ya sabes...
-Sí, si lo sé...-Lo interrumpió ella.-Ya... y qué vienes a hacer ahora?
-Nada... Okaa~san nos dio el día libre... y bueno, hay algo que debo mostrarte... antes de que te vayas...-Hiroshi cambió el semblante y con voz sombría terminó de decir:-A la academia...
Lo que le sorprendió a Hiroshi fue que, de repente, Shana lo tomó del brazo. Mientras ella se acercaba, a Hiroshi se le pusieron los pelos de punta... hace mucho tiempo que ya no sentía que su amiga fuera su amiga, ni su hermana... La veía como la persona con la que pasaría años de su vida... No sabía por qué...
-Está bien...- Shana accedió y después recostó su cabeza en el hombro de su amigo.-Sabes? También quiero disculparme... Te echaré de menos... En la academia...
-En serio?- Su amigo le pone cara de incrédulo, pero ella sabía que él bromeaba.
-Extrañaré tus burradas...-Le corrobora Shana- Eso...
-Tal vez algo más extrañarás...
-Ah! Si... El pan de melón de Okaa~sama...-Dice la chica sonriente.
Los chicos ya habían avanzado mucho... ya habían llegado a la mitad del bosquecillo, un lugar al que ellos iban desde pequeños, puesto que las casas de los chicos eran pareadas y daban al mismo sitio en la parte trasera.
-Bueno, ahora...-Hiroshi sacó un pañuelo rojo de su bolsillo y le vendó los ojos a Shana.-Ahora... La sorpresa!
La chica llegaba a temblar de la emoción. El chico la tomó de la mano, sin evitar sentir como una especie de extraña corriente que le recorrió hasta la mismísima médula.
Al cabo de unos minutos, el chico se detuvo en un pequeño claro, el lugar favorito de Shana. Le desvendó los ojos a su amiga y luego le hizo una venia.
-Ya estamos aquí!-Hiroshi sonreía radiante, la sonrisa predilecta de Shana...
-Y qué vinimos a hacer?- La chica no cabía en sí de la emoción contenida.
-La paciencia es una virtud!-Le recuerda el chico, riéndose.-Debes usar ahora tu poder de investigadora~anti~secretos y buscar lo que hay para tí...
Entonces, la chica se lanza a la búsqueda del objeto oculto.
Pasados unos 10 minutos, la destreza para buscar de la chica la guía hasta lo que ella buscaba... Una preciosa cajita lacada de color rojo con una rosa tallada en el exterior.
Shana abre la caja y descubre en ella...
-El relicario de Obaa~Sama!!!-El objeto que a ella siempre le había llamado la atención de la abuela de Hiroshi, Sugita Eiko.
-Ábrelo!-Le insta su amigo.-Espero que te guste!
La chica obedece la orden y al abrirlo, se lleva una sorpresa que hace correr lágrimas por sus mejillas...
-Ahora...¿Qué más decías que ibas a extrañar?-Dice el chico poniendo sus manos tras su espalda.
-Yo... etto... Yo...- La chica no resiste el impulso y se lanza hacia su amigo, rodeándolo con sus brazos. La respuesta de Hiroshi fue la misma... Un cálido abrazo.
-¿Creíste que te iba a olvidar?-Shana le dice a Hiroshi al oído.-¿Me consideras de esa clase de gente?
Los dos se rieron, pero no fue una risa estridente, sino clara como el agua.
-¿Puedes ayudarme?-La chica le extendió el relicario al chico, el cual tomó el pequeño objeto de la delicada cadena para abrocharlo en el cuello de su amiga.
-Ya está!
-Arigato!
Los chicos se recostaron bajo un gran roble... Miraban el gran cielo que se empezaba a oscurecer... Un día nublado... Dentro de un rato se largaría a llover, como siempre durante esa época del año.
Casi a los 30 minutos después, la lluvia empezó a caer... Fina... Pero no copiosamente.
-Vamos a casa...-Dijo Shana, recordando que Hiroshi era algo débil de salud por esas fechas.
-Espera... Espera...-Se levantaron y cuando la chica se disponía a caminar de regreso a la casa, Hiroshi la tomó suavemente del brazo y la hizo darse vuelta para quedar cara a cara.
Acto siguiente... La besó.
Fueron los minutos más largos en las vidas de Shana y Hiroshi. Era Mediodía.



Más tarde, al llegar a casa, ninguno de los dos pronunció palabra alguna. No venían muy mojados, pero Naoko les hizo cambiarse ropa para luego tomar algo caliente.
Después de almuerzo, Naoko le dijo a los chicos que iría a tomar una siesta durante una hora. Los chicos le dijeron que se quedarían en la habitación, la chica leyendo y el chico viendo alguna película. Pero ninguno pronunció más palabras que esas.
A la media hora después, Shana dejó el libro a un lado, en la misma página donde había quedado la vez anterior, para acercarse al ventanal de la habitación.
Hiroshi apagó la televisión ya que tampoco prestó atención a lo que estaba viendo. Ambos estaban sentados frente al ventanal. Shana decidió romper el silencio.
-Eh... Yo...-A lo que Hiroshi la interrumpió:-Yo...
-Desde cuánto tiempo?-Decidió preguntar la chica.
-Mucho... y Tú?-Le preguntó él.
-Eh... Bueno... No lo sé...Mucho, Tal vez...
Ambos pensaban en alguna cosa. Shana asumió la postura que le había enseñado su padre tiempo atrás, cuando él la entrenaba para su futuro destino de cazador de vampiros...
Hiroshi decidió arriesgarse otra vez y se levantó para sentarse al lado de Shana. La envolvió con un brazo, a lo que ella tímidamente respondía acurrucándose bajo el estrecho abrazo de su amigo.
Ninguno de los dos sabía qué pensar en ese mismo momento, así que se guiaron con lo que les dijera el corazón.
Así pasaron la mayor parte del tiempo, hasta que Naoko, al ir a ver porqué estaba todo tan silencioso en la casa después de levantarse de su siesta,
entró al dormitorio de los chicos y los vio en el suelo, durmiendo abrazados como cuando eran niños. Naoko decidió no despertarlos y les puso un cobertor de plumas que había en el armario de los chicos.

Ya caída la noche, Shana se despertó... Pensó que todo era un sueño, pero no lo era. Movió a Hiroshi para que se fuera a recostar a la cama.
-¿Seguiremos siendo amigos, Shana?-Preguntó Hiroshi entre sueños. Shana lo miró tiernamente y le dijo al oído:-Por siempre...

Por siempre...
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Mensaje por Shana Yukari Lun Sep 21, 2009 10:19 pm

Haaa... Gomen ne, aqui les traigo los demás capítulos, espero que no los tomen como spamm porque se hace demasiado largo la respuesta y no puedo subir la totalidad de los capitulos, sino que solo de esta forma... Gomen ne!!!


2º Capítulo: El Día D

Pasado una semana después de que Hiroshi la besara bajo el roble en el que jugaban de pequeños, Shana se volvió mas dócil con él.
Hiroshi también experimentó cambios en su comportamiento durante este período de tiempo, como estar más alegre al estar con Shana y su madre, pero cuando estaba solo generalmente se ponía de un humor de perros consigo mismo.
Ahora, los chicos pasaban más tiempo juntos del que nunca habían pasado, hasta retomaron viejas costumbres de niños pequeños, exceptuando tal vez, que a Hiroshi lo llamaran Hiro~tan...Cosa que él detestaba.

El día en que Shana se iría, Hiroshi se mostró mucho más dócil de lo que nunca había sido.
Al despertar ese día, trató de no moverse mucho al levantarse de la cama para no despertar a Shana, que, para variar, se había quedado dormida encima de la ropa de la cama de Hiroshi, como él tantas veces en estas semanas había amanecido en la cama de ella.
La chica se enrolló entre el cobertor de la cama volviéndose hacia Hiroshi,quien ya estaba vestido y listo para bajar.
-Kya... pan de melón...-Musitó la chica entre sueños.
El chico se reía para sus adentros. La chica abrió los ojos soñolientos.
-Vaya... ¿Te he despertado?
-No... Okaa~sama está haciendo Pan de Melón?
-Hai...-La chica le sonrió.-Te dejo el cuarto para que te vistas... ¿Sabes qué hora es?-Le dijo el chico, con un tono solemne.
-Mmm...No sé...-Hiroshi le sonrió.-¿Hoy no es....? ¡Hoy ingreso a la Academia!
Shana pegó un salto que hizo que Hiroshi se balanceara para no caerse. Eran las 5 de la mañana... La chica ingresaba a las 8 de la mañana. La Academia no quedaba lejos...
Hiroshi tuvo que hacer abandono de cuarto, ya que Shana se cambiaría de ropa. Al cabo de unos minutos, ésta salió de la habitación.
Al bajar las escaleras y entrar a la cocina, se dió cuenta de que tanto Hiroshi como Naoko la miraban fijamente.
-¿Qué? ¿Tengo algo mal?-Dijo Shana algo asustada, pensó que algo se le había olvidado.
-No! Para nada...-La tranquilizó Naoko- Me recuerdas a tu madre cuando íbamos a la escuela...
Hiroshi tenía los ojos como platos mirando a Shana... Por fin atinó a decir:-Te... ves... Bien...
-Gracias, Hiroshi~kun- Dijo Shana, mientras sonreía satsifecha. sabía que eso no era todo lo que él quería decir...
-Bien, Saa... A desayunar... ¡Itadakimasu!- La madre de Hiroshi parecía más joven, aunque en realidad lo era, tenía 36 años.
-¡Itadakimasu!-Dijeron los chicos a coro.
Después de llenarse hasta hartarse de comida, los chicos dijeron "¡Gochisousamadeshita!" y ayudaron a Naoko a levantar las cosas de la mesa. Al terminar, Shana partió a buscar sus pertenencias al segundo piso. Hiroshi la siguió.
-Bien... Son los últimos minutos juntos en casa...¿Me escribirás?
-¿Cómo crees?... Obviamente... Si quieres todos los días... Nee?
-Yakusoku desu?-Le hizo prometer Hiroshi.
-Yakusoku desu!-Le confirmó Shana. Hiroshi la abrazó cálidamente, cosa que a Shana le hizo sentir algo extraño... El aroma de Hiroshi era delicioso... Pero... ¿Por qué?
Al separarse, a Shana le embargó un raro presentimiento... Pero lo dejaría para después... Antes debía ir a cierto lugar a despedirse... Su antiguo Hogar...

Ese lugar...



~Hace casi 8 años atrás~

En la casa reinaba un ambiente de pasividad... Papá jugaba con Kara y Haru, como ella solía llamar a sus hermanos gemelos.
Mamá estaba en su sitio favorito, el cual a ella también le gustaba, la ventana, tejiendo. Mamá y Papá eran Ex-Cazadores de vampiros, título para el cual ahora ella entrenaba. Los entrenamientos con Papá eran duros y arduos, pero divertidos.
Mamá era conocida como Viento Fugaz, entre los colegas de trabajo... Varias veces Shana había escuchado ese apodo de boca del padre de Hiroshi, Satoru, que también se había retirado del trabajo. Papá era conocido como "Sombra Sigilosa", el gran Yukari Shigeru.
La madre de Shana se llamaba Atsushi Kaede. La madre de Hiroshi era prima de la madre de Shana, razón por la cual los chicos eran como hermanos siameses.

En ese instante, Shana leía concentradamente un libro acerca de Katanas, era de su padre y siempre le había gustado leerlo. De un rato a otro la lluvia se volvía pasiva o simplemente dejaba de llover.
Pero había otro ruido que molestaba a Shana. Fue donde su madre, quien dejó su tejido a un lado con cara de preocupación al escuchar lo que su hija le decía.
Papá dejó por un momento de jugar con los chicos, admitiendo que ya estaba algo agotado, para acercarse a Kaede. Los dos adultos hablaban casi en susurros, pero no sabían que Shana podía escucharlos...
-¿Qué haremos?-Preguntaba aterrada Kaede.
-Debemos esconder a los niños, ellos son nuestra prioridad... Shana deberá llevar a práctica lo que le he enseñado...-Dijo, firme, pero preocupado, Shigeru.
-Shana, pequeña- Le dijo Kaede.- Lleva a tus hermanos contigo al ático, si?
-Hai, Okaa~san!-La pequeña, obedientemente, se llevó a sus hermanos con el pretexto de que había avistado un gato arriba en el ático, el animal favorito de los tres hermanos.

Al subir al ático, los padres de Shana buscaron sus antiguas armas de combate, la Katana de Shigeru, RAKU, y el viejo revólver de Kaede, llamado BLOODY MOON.
Después se apostaron a la puerta de la casa... A la espera de los que iban a venir a, no precisamente una visita de amistad, sino que a matarlos por venganza.
La verdad es que los Yukari hace años atrás, mataron a un vampiro sangre pura que tenía al pequeño pueblo de Hinamizawa aterrado ya que la mitad de la población había acabado bajo los colmillos hambrientos de este vampiro, llamado Inaba Kotaro.
Los seguidores de Kotaro, enfurecidos, decidieron vengar la muerte de su líder e ir por Shigeru y su familia y matarlos a todos.
Y así es como lo hicieron...

Se dejaron caer en la pequeña casa de los Yukari.

Primero, la primera en caer fue Atsushi Kaede. Luego, su esposo y el que había llevado a cabo el asesinato, Yukari Shigeru. Pero algo hizo quedarse a la Orden Oscura...
Su líder, Kitano Madaren, una vampiro purasangre de carácter frío y cruel que era amante de Kotaro, sintió el aroma de humanos en la casa... Exactamente... En el ático.
Kaede, con la poca fuerza que le quedaba, sujetó el tobillo de Madaren y le suplicó que no hiciera nada más...
Madaren mandó a Takeo, uno de los seguidores, por los humanos que habían arriba. Takeo Obedeció, les llevó a los tres niños y Madaren tomó primero a Chikara...
-Onegai Shimazu!!!! No lo lastime!!!!-Suplicaba Shana mientras aferraba la manita de su pequeña hermana...
-Mira y aprende...Pequeña Yukari- Dijo con voz metálica Madaren a Shana, mientras tomaba la garganta del niño y la desgarraba... La sangre salpicó a todas partes, Shana estaba cubierta de ella...y Haruka gritaba y lloraba como una posesa...
Después del macabro espectáculo realizado con el pequeño niño, Madaren decidió tomar a Haruka, la cual le rasguñó el rostro cuando Madaren intentó quitársela a Shana. Madaren se puso como loca, alzó a la niña y empezó de a poco. Primero mordiendo, los brazos, después, las piernas, para acabar desgarrando el cuello de la pequeña cuando ésta agonizaba. Shana estaba petrificada, cubierta de la sangre de sus hermanos... Su propia sangre...
Madaren terminó su terrible jugarreta y dijo a Shana:-No te mataré, para que el mundo de los cazadores sepa a qué se atienen...
Dicho esto, Ella se marchó... Pero alguien más estaba con ella... El mismo vampiro que había acarreado a sus hermanos a la mismísima muerte...
-Lo lamento - Dijo el vampiro, tomando a la niña y abrazándola.- Nunca debí haber hecho caso a Madaren...
La chica lloraba en silencio, no pronunció palabra alguna cuando vio a su familia destrozada en el suelo, ni gritó cuando Kikuta Takeo la convirtió dándole el Don Oscuro.
-Deberás llevar mi Karma -Dijo el vampiro.- Tómalo para tu venganza... Te estaré esperando cuando vengas por Madaren...
Y se fue...

En el fondo sonaba una tétrica canción...

...Furimuita sono ushiro no (shounen daare?)
Kurayami ni tsume wo tatete (yoru wo hikisaita)

Amadare wa chi no shizuku to natte hoho wo
Tsutaiochiru
Mou doko ni mo kaeru basho ga nai nara

Kono yubi tomare watashi no yubi ni
Sono yubi goto tsuretette ageru
Higurashi ga naku akazu no mori e
Ato modori wa mou dekinai

Kagami no naka de ugomeki nobashite kuru musuu no te de
Saa dareka wo koko e izanainasai

Oni san kochira te no naru hou e
Donna ni nigetemo tsukamaete ageru
Higurashi ga naku kemono michi kara
Kikoeteita koe wa mou nai...



-¿Segura que quieres entrar?-Le dijo Hiroshi.
-Completamente... Ellos están allí... No me puedo ir sin jurar que los voy a vengar, tal cual como lo juré ante sus cuerpos el día que los enterré...
-"Shana de veras da miedo... No es ella... Las pupilas de sus ojos hicieron un extraño cambio... de redondas a las de un gato..."- Pensó el chico.
-¿Vienes?-Le dice finalmente Shana.
-"Ni loco me quedo aquí"-Pensó el chico...-Sí, claro- Le dijo finalmente a su amiga afirmando con la cabeza.

Los chicos entraron. En la casa había un olor a encierro bastante fuerte... A Shana le pareció oler sangre aunque no hubiera más que la de Hiroshi.
Empezaron lentamente a recorrer la casa... Había algo que a Shana no le gustaba... Sentía algo más ahí. El olor no la dejaba en paz, de modo que al ir pasando por donde la familia de Shana había estado tendida, se acrecentaba el olor...
Hiroshi pensó que Shana no se sentía bien por causa de haber entrado a la casa. Pero él se equivocaba... Era algo más...
Shana, de repente, se sintió mareada, al punto de casi caerse al suelo. Hiroshi alcanzó a detener la caída de la chica, y ella, al estar su cara cerca del cuello de Hiroshi, sintió unos deseos irrefrenables de querer desgarrarlo y beber lo que fluía de él... SANGRE...
Pero, como una descarga electrica, Shana frenó ante el deseo de morder a su amigo y se alejó de él intempestivamente.
-¿Qué sucede?- El chico la miró algo desconcertado, mientras ella respondía:- No te preocupes, estoy bien... Sólo es la emoción... Sólo eso...
-Está bien- Hiroshi asintió a la fuerza, con la convicción de que ella se encontraba mal. "¿Por qué quiso venir aquí, si sabe que la herida no ha sanado... y no sanará jamás...?"
La chica se apresuró a recorrer la casa, ya que le quedaba poco tiempo para irse a la Academia. Eran las 6 y media de la mañana.
Shana fue al segundo piso, exactamente a la que era su habitación, seguida por Hiroshi, quien cada vez estaba más desconcertado por lo que hacía la chica.
Ya una vez dentro de su antiguo dormitorio, la chica fue hacia un pequeño tocador donde tomó una pequeña cajita. La abrió y sacó de ella un colgante, lo tomó de su fina cadena dorada y se lo mostró a Hiroshi.
-Esto era de mi madre... Lo saqué antes de que se llevaran su cadáver...Es lindo...¿Verdad?... Ella me dejaba tomarlo cuando me sentía triste...-La chica recordó cuando su madre le dijo, hace 9 años, que ese colgante pasaría a ella.
-Es lindo...- Fue lo único que el muchacho pudo decir. No podía entender que ella se estuviera autoinflingiendo heridas mentalmente.
-Bien... Lo último que vine a buscar fue esto y...- fue hasta un armario - Esto!- Levantó un estuche alargado de color negro. Una Katana, sin duda.
Hiroshi ya estaba medio mareado, el olor a encierro era muy fuerte. Ya lo había podido soportar antes pero sólo por unos minutos, cuando fue a buscar la fotografía que ahora estaba en el relicario que él le regaló a su amiga. Pero ahora...
-Ahora sí... ¿Nos vamos?- Shana se dirigió a la puerta, sin acercarse a su amigo. No quería hacerle daño... Pero... No podía aguantarlo... Entonces...
La niña empezó a sentirse mareada de nuevo, Hiroshi fue rápidamente a su lado para tomarla, pero Shana se dió vuelta y lo tomó con una fuerza sobrehumana...
-¡¿Qué Rayos...?!-Los labios de Shana se acercaron temblorosos al cuello de Hiroshi... Abrió la boca y asomaron dos pequeños colmillos afilados...
Hiroshi vio esta escena horrorizado... Estaba paralizado... No podía escapar, ella le apretaba los brazos con sus delicadas, pero extremadamente fuertes manos...
-¡Detente Por Favor!- Le suplicaba el chico, No entendía nada.
-No... Puedo... Más... Hiro... shi... Go...men...- La chica lo mordió, y en seguida, comenzó a beber... Pero, ocurrió algo... Ella recordó que no era un animal, que estaba hiriendo a la persona que más quería...
Entonces soltó a su amigo y se acurrucó en un rincón... Involuntariamente, comenzó a sollozar... Hiroshi seguía donde estaba, pero de pronto, cayó sobre sus rodillas. Se llevó las manos a su cuello y se desmayó.

Naoko consiguió despertar a Hiroshi. Eran las 7 de la mañana. Shana se quedó fuera de la casa... La sangre le hacía dar vueltas la cabeza... Naoko la encontró con los labios algo ensangrentados, por suerte Shana había logrado contenerse y probar sólo un poco de la sangre del chico.
Cuando el muchacho despertó, a las 7 y cuarto de la mañana, la chica estaba fuera con sus cosas, dispuesta a abandonar la casa lo más pronto posible como si no hubiera pasado nada.
Hiroshi se levantó del sofá y caminó hacia el ventanal. Naoko estaba fuera hablando con Shana. La chica asentía y luego, sin previo aviso, se dirigió hacia el portón de entrada, lo abrió y se fue cerrando la puerta.
Rápidamente, el chico se levantó, aún medio mareado, y corrió para salir por la puerta trasera, donde seguramente su madre entró cargando con él desde la casa de Shana.
Hiroshi decidió tomar ciertos atajos y subirse a los árboles para avanzar más rápido.
Shana caminaba lenta y apesadumbrada por la culpa por la acera. En eso...
-¿Te vas sin despedirte? Ése no era el trato...
-¿Eh?- La chica se dio media vuelta y vio al chico encaramado en el árbol que ella tenía enfrente. Le lanzó una mirada de odio (aunque no era lo que ella quería expresar) y dio media vuelta para seguir caminando a una velocidad más rápida de lo normal.
-Ah, La ley del Hielo... Comprendo... No estoy enojado...
Cuando Hiroshi dijo eso, la chica paró en seco. Mantuvo la cabeza gacha y no dijo palabra alguna. El chico se bajó del árbol y caminó hasta donde estaba ella. Le tomó el antebrazo y la hizo girarse hacia él.
-Es en serio... No estoy enojado... Si es lo que quieres saber...- La chica seguía con la cabeza gacha y la mirada nublada por las lágrimas. Hiroshi tomó el mentón de ella y lo levantó delicadamente.- Por favor... No te vayas sin despedirte.
Ella lo miró fijamente y susurró un inaudible " Lo siento". Luego, él se acercó cada vez más a ella y finalmente, la besó como lo había hecho cuando estaban bajo el viejo roble. Pero ella seguía sin responder.
Al separarse, la chica lo empujó débilmente hacia atrás y luego dió media vuelta, tomó sus cosas y comenzó a caminar... "Lo siento... No podemos...Adiós..." Fue lo único que alcanzó a escuchar Hiroshi de Shana. Él musitó " Adiós..." pero ella ya se había ido.
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Byakuya No Sora Empty Re: Byakuya No Sora

Mensaje por Shana Yukari Lun Sep 21, 2009 10:20 pm

3º Capítulo: La llegada

Shana no podía más... Lentamente, el sol empezaba a brillar tenuemente por entre las nubes, pero seguía nublado... Siempre nublado. Atravesó los portones de hierro de la Academia.
Eran las 8 y cinco minutos. Ahora estaba en el patio de la Academia, seguían llegando chicos y chicas de distintas direcciones. Algunos en auto, la mayoría de ellos vestidos con uniforme blanco, distinto al de ella. -"Seguramente los de la Clase Nocturna"- Pensó.
Avanzó con su maleta y su bolso de la Academia hacia un grupo de estudiantes que rodeaban a un par de uniforme azul que se encontraban a la entrada de las puertas del edificio.
-¡Atrás, por favor!- La chica que estaba enfrente llevaba en el brazo izquierdo con la insignia de la Academia Cross. - ¡Los de primer año por aquí!- Los chicos de 1º año, hicieron una fila delante de la chica.
- Mi nombre es Yuuki Cross... Bienvenidos a la Academia Cross!-
-"Así que ella es la hija del director, Yuuki..."- Pensó Shana..-"Entonces el que está allí parado es... Kiryuu-sama?"-La chica miró al interpelado, quien desvió su mirada hacia ella. Había algo que le molestaba de él... -"¿Qué será? ¿Acaso...?"-Shana detuvo sus pensamientos. El chico venía hacia ella.
-"¿Qué hago ahora?"- Seguía pensando rápidamente, hasta que el chico paró enfrente de ella y dijo: - Tú debes ser la novata,no?- Shana se esperaba esa reacción de parte de Zero Kiryuu, el más odiado de la Clase Nocturna, y el más temido.
La familia de Zero había sido masacrada de la misma forma que hicieron con los Yukari, Shana se había enterado a los 11 años, fecha en la que había ocurrido el trágico evento en la casa de los Kiryuu.
-Etto... Hai... Watashi wa Yukari Shana desu... Hajimemashite, Kiryuu~sama...- Shana se presentó cortésmente ante Zero, quien sólo se limitó a decir:- Kochirakoso.
-Hmm... qué chico más hostil... bueno, quién podría confiar en los demás después de lo ocurrido...-Pensó la chica, mientras Zero seguía observándola
-Bien... ya que no me queda de otra- Rezongó Kiryuu mientras exhalaba un suspiro- Sígueme...
La chica, obedientemente, salió detrás de Zero, para ir a las habitaciones.
-Este es el pasillo de las habitaciones, te conecta directo a las aulas de clase... También al exterior, jardín, bosque, lago, etc. Hay una regla en cuanto a la libertad de movimientos... No puedes salir a la ciudad... a menos de que estés de vacaciones.
-Entiendo...
-Ésta es...- Y Zero le mostró a la chica una puerta... La habitación nº93.
-Tendré más compañeras o compañeros de habitación?- Preguntó la chica, pero Zero se limitó a encogerse de hombros y retirarse. La chica alcanzó a exclamar -Arigato Kiryuu~sama!- antes de que el chico desapareciera de su vista.
-Bien... supongo que tengo que esperar un tiempo...- La chica entra a la habitación y se encuentra con un dormitorio amplio, con tres camas pulcramente hechas.- Esto quiere decir que sí tendré compañía... Vaya...- Dijo la chica en voz baja, mientras dejaba sus cosas encima de la cama ubicada al lado de la ventana. Vio su reloj y se dio cuenta de que eran ya las 8:45 de la mañana... Decidió abrir la carta que estaba encima de la mesita de noche, dirigida a ella... Habían dos más. -"Mis compañeros de habitación"- Pensó Shana. Al abrir la carta, la leyó rápidamente y se fijó en un pequeño detalle: las clases empezarían ese día, a las 9:00 de la mañana, y la primera clase sería la de Cazador.
-Rayos... Dónde serán las clases... Mejor me voy...- La chica tomó su bolso, donde llevaba unos cuadernos, ahí en la habitación también encontró sus libros, exactamente donde decia la carta que estarían. Los tomó y los metió rápidamente en el bolso, y a continuación, salió rápidamente del dormitorio.
Fuera de la habitación, había otra chica. Shana la saludó y se presentó rápidamente; luego, caminó hacia donde había entrado con el guardian Kiryuu para salir del pasillo y llegar a los jardines. Era un día nublado, con pocos rayos de sol iluminando los jardines y haciendo un bello espectáculo - "Vaya... Debí haber sido más dócil con Hiroshi... Nunca debí haber hecho eso... No se lo merecía... Pero aquí comenzará mi venganza... Daré con esa vampiro aunque me lleve años hacerlo!"- Se prometió Shana, mientras caminaba hacia lo que eran los salones. Eran las 9:00 de la mañana y Shana se apuró en encontrar la sala, cosa que le había quitado un poco de tiempo ya.
Luego, a las 9:15, decidió dirigirse al ala norte del edificio... Donde encontró finalmente el número del aula, pero con tan mala suerte que cayó al enredarse sus piernas tratando de correr.
-Aw! Ay no, lo que faltaba... - Dijo Shana levantándose del suelo. La puerta que estaba enfrente de ella se abrió y alguien se asomó. Era el sensei...
Shana se paró inmediatamente después de que el profesor abriera la puerta... Era Yagari Toga, uno de los más temidos cazadores de vampiros, maestro de Kiryuu y ahora dictaba las clases de Cazador.
-Ah... Etto... Yo... Lo siento Yagari~sensei...- se disculpó la chica. El profesor le dirigió una mirada gélida y ella cerró la boca antes de decir algo más.
-Pase... No me haga perder el tiempo...- Dijo él serenamente mientras la dejaba pasar, luego cerró la puerta y se dirigió a su escritorio.- Tu nombre?- Dijo de pronto.
-Eh?...- Shana se sobresaltó, estaba mirando a la clase, quienes la miraban curiosamente,- Mi nombre es Yukari Shana, Sensei...
- Yukari... Shana...- Se limitó a musitar el profesor mientras anotaba en la bitácora de la clase.- Hmm... escoge un arma y siéntate...- Le mostró el mesón que tenía encima el armamento frecuentemente utilizado por los cazadores de vampiros. Shana pudo reconocer todas las armas, ya las había visto en el libro de su padre. Así que se limitó a tomar la katana más próxima y se fue a sentar al final de la sala.
-Bien, prosigamos... Estaba dando una pequeña introducción al tema... Lo primero es... ¿qué saben sobre armas?- En ese instante, varias manos se agitaban en el aire. El profesor le dio la palabra a una chica sentada adelante.
- las armas son peligrosas si la persona que las porta no sabe utilizarlas, sensei...- Dijo con una sonrisa radiante. El profesor la miró y dijo:- Bien, quién más?- Al instante, las manos se alzaban.
-Las armas son de dos tipos: Corporales y armables, sensei- Dijo un chico al otro extremo del salón.
-Bien... ¿quién más?... Yukari? Tienes algo que decir?- Shana miraba pacientemente al sensei desde que hizo la primera pregunta. Luego se acomodó en su asiento y dijo:- El arma y su dueño poseen una conexión... Se debe estar en cierto grado de concentración para poder llevar a cabo un buen trabajo entre ambos... Sensei... Si uno no consigue estar en el suficiente equilibrio mental y espiritual, y además no logra la fundición de su espíritu con el de su arma, no se logra absolutamente nada y por ende, no se hace un buen trabajo, Sensei.- Puntualizó la chica. La clase guardaba un silencio incómodo, hasta que el profesor se limitó a decir: - Buen punto Yukari, pero de eso hablaremos más adelante...
La chica sonrió y luego apoyó sus brazos y puso su mentón encima para seguir concentrada escuchando la clase. Al rato un ruido se sintió fuera, un golpe en la puerta y el profesor salió a mirar. Por lo que alcanzaba a divisar, Shana vio a una chica con el uniforme blanco de esta mañana.
-¿Qué hace aquí una chica de la Clase Nocturna? Se supone que no debería estar aquí... Hay mucha gente...- Pensó ella, tensa, mirando lo que ocurría. El profesor, después de haber intercambiado unas palabras con ella, cerró la puerta tras de sí, dejando a la chica fuera del aula.
-Uff... Okagesama de...- Suspiró Shana - Por un instante creí que la dejaría pasar... Si eso hubiera ocurrido...- Empuñó la katana y la sacó ligeramente de su funda unos centímetros, miró su reflejo en ella y cayó en la cuenta de que unos ojos como los de un gato, de color escarlata, le devolvían la mirada. Trató de relajarse un poco antes de levantar la cabeza, si alguien de su clase la viera así, sabrían su secreto y todo el esfuerzo de ocultarlo sería en vano. Cuando levantó la mirada hacia la pizarra, se percató de que el profesor escribía unos nombres en ella, luego él se dio vuelta y preguntó: -¿Quién más? Recuerden que la batalla será la próxima clase...- Una de las chicas del salón dijo en voz baja, pero audible para Shana, y tal vez para el profesor: -No puedo esperar tanto... La clase es la próxima semana...- Yagari miró a la chica y luego prosiguió con la pregunta. Shana, al ver de qué se trataba, levantó la mano lo más alto posible y dijo para sus adentros:- Será bueno practicar con mis compañeros de clase... Se ve que algunos saben de la materia...- Miró a ambos lados del aula, donde todos tenían algún arma en las manos. El profesor tomó la palabra de Shana y le preguntó el nombre. La chica respondió y luego bajó la mano.
Cuando las parejas quedaron listas, sonó la campana del recreo, que hizo saltar a la chica.
-Vaya qué rápido pasa el tiempo... No me dí ni cuenta...- Pensó ella, mientras que sus compañeros guardaban sus cosas en los bolsos y luego salían por la puerta lo más rápido posible. Shana suspiró y siguió guardando sus pertenencias en el bolso.-Ojalá me hiciera de algún amigo...- Se puso el bolso y salío en dirección a la salida, pero no se dió cuenta que el profesor estaba apoyado en la puerta.
-Yukari... Muéstrame tu verdadera identidad!- El profesor sacó un pequeño frasquito que contenía un líquido rojo escarlata y le sacó la tapa. Shana sintió el aroma de la sangre y sintió cómo su cuerpo cambiaba y temblaba por dentro al querer conseguir ese dulce alimento. -Ya veo... Vampiro... ¿No deberías estar en la Clase Nocturna?- Yagari sacó una pistola de debajo de su abrigo y tomó a Shana por la cintura, para luego apuntar a su cabeza. La chica se asustó, pero no dió señal alguna de ello. -Valiente, eh?... Deberías estar muerta... Pero sé que te tienen viva por ser parte de una familia de Cazadores... Yo mismo te hubiera dado un tiro en el instante en que llegaste... ¿Cuál es tu propósito en la Academia?
La muchacha, conteniendo el aliento y luchando por no dañar al profesor para quitarle la pequeña botellita, sacó la voz temblorosamente y respondió:- Busco la venganza para mi familia... Sé que usted los conocía... Yo no quiero morir, no quise convertirme en esto... Me hubiera suicidado el mismo día que mi familia fue asesinada, pero el vampiro que me convirtió me usó como instrumento de venganza... Para eso me quiere...- La chica se zafó del brazo poderoso que la sostenía al sentir unos pasos que venían por el pasillo. Acto seguido, salió corriendo rumbo a su habitación sin mirar a nadie, ni siquiera al chico que pasó por su lado.
Al llegar a la habitación, se sintió sola... Más sola que en toda su vida... Se estiró en su cama boca abajo y luego sollozó amargamente pensando en los seres que más quería y que deberían estar con ella. Pasados unos momentos, se quedó dormida.
-Habitación 93... Ésta es... ¡Por fin doy con ella!-Alguien estaba fuera de la habitación y dió unos golpecitos en la puerta. -¿Shana? ¿Estás ahí? ¡Soy yo, Hiroshi!- Shana abrió los ojos lentamente, la cabeza le daba vueltas... Creía haber escuchado la voz de Hiroshi, pero ¿cómo era posible si él no fue aceptado en la Academia?. -¡Vamos Shana! ¿me abrirás o debo tirar la puerta?- Decía la voz al otro lado. En ese momento se unió una tercera voz, esta vez era la de una chica.
-¿Cómo que te atreverás a tirar la puerta? ¡Sobre mi cadáver! - La chica abrió y entró. Vio a Shana tirada en la cama y fue a verla. Le remeció el hombro suavemente y susurró:-¿Estás bien? ¿Tú eres Shana?- Cuando la aludida levantó el rostro de la almohada, miró a la persona que le hablaba: una chica de largos cabellos color Castaño y de ojos grises la miraba. La particularidad era que llevaba un uniforme blanco, como el de la chica de la clase anterior. Shana se levantó rápidamente y le dijo a la recién llegada: -¿Quién eres tú? No eres de la Clase Diurna... No puedes estar aquí...- Luego miró hacia la puerta, que seguía abierta desde que la chica del traje blanco entrara y vio una figura familiar... Era Hiroshi en persona.
La chica recién llegada, se presentó. - Mi nombre es Suzuhara Inori... Hajimemashite... Soy la encargada de los dormitorios del Sol y la Luna... Irasshaimasen a la Academia... Lamento haberte asustado...
-Lo lamento, Suzuhara~san... No lo sabía... Me desperté tan apresurada que no alcancé a reaccionar bien... Mi nombre es Yukari Shana... Douzo Yoroshiku!- Luego, Shana se dirigió a la puerta y la abrió completamente. El chico que estaba apoyado en ella, cayó a los pies de la chica quien dió un salto hacia atrás antes de que la cabeza de su amigo diera contra sus pies. -Hiroshi... ¿Qué haces aquí?... No fuiste aceptado...-Recordó la muchacha, mientras que el chico se levantaba del suelo y le daba una sonrisa... Parece que hubiera olvidado el incidente de la mañana...
-Pues no te dije toda la verdad... Me aceptaron, pero mi padre no quería que viniera aquí para no dejar a mi madre sola en casa...- Hiroshi abrazó a su amiga, quien se movió algo reticente y miró hacia otro lado.
-Yo ya me voy... Los dejo solos... Se nota que tienen mucho de qué hablar... Luego nos vemos!- Dijo Inori al salir de la habitación y cerrar luego de chocar con las maletas de Hiroshi. El chico miró a la que iba saliendo hasta que cerró la puerta y después guió su mirada hacia su amiga, quien se alejó lo más que pudo de él.
-Descuida, lo de la mañana ya es agua pasada... Ése es tu secreto... Nuestro secreto y haré lo posible para que no se sepa...- Dijo el chico. Shana se dio media vuelta e inesperadamente, lo abrazó.
-Lo siento mucho, yo no quería hacerte daño... No quiero ser lo que soy... Una miserable...Un monstruo- Hiroshi le puso un dedo en los labios para que se callara y luego le dijo al oído: -No me importa lo que eres... A Okaa~san tampoco... Te vuelvo a decir que haré lo que sea para ayudarte... Hasta si quieres... Morir...- La chica enfureció y le espetó al muchacho quien apenas creía que ella estuviera tan enojada: -¿Crees que quiero que mueras? ¿No fueron suficientes las vidas de mi familia para agregar la tuya también? No... Te equivocas, debes alejarte de mí o matarme... No hay otra opción... NO ACEPTO otra opción!.
-De veras que eres egoísta... No debes cargar con todo tú sola... Tienes todavía una familia... Quiero ayudarte y también quiero la venganza... Por haberte hecho sufrir por todos estos años... Te daré toda mi sangre si es necesario para que te mantengas viva y para que la organización de Cazadores no envíen a alguien por tí!- Dicho esto, el chico se arrepintió de lo que habló y Shana lo notó.
-¿Cómo que para mantenerme con vida? ¿Sabías lo que soy?-Dijo la chica, enojada.
-Lo sabía porque escuché a Okaa~san y a Otou~san hablar de eso hace unos meses... Todavía no se te presentaban los síntomas del vampirismo, pero ellos sabían que se harían notar tarde o temprano... Mis padres sabían que te habían mordido aquel día y quiénes eran los responsables, incluso sabían que después buscarías venganza al crecer... Así que por eso, mi madre me envió sin que mi padre se enterara hasta aquí para protegerte... Somos lo único que tienes...- El chico terminó de hablar y Shana enmudeció, lágrimas corrían por sus mejillas que fueron secadas por su amigo.
-Está bien... Acepto tu ayuda... Gracias por todo...- Ella se sentía algo mareada por el aroma de la sangre del muchacho, quien se dio cuenta y le acercó la mano izquierda.
-Sé que estás luchando contra tu instinto de depredador... Dije que daría mi sangre para ayudarte... Mientras no haya otra solución a esto, puedes absorber de mí lo que necesites...- La chica se alejó de Hiroshi, pero sus nuevos instintos de cazadora le ganaron. Se lanzó hacia la mano que él le extendía, tomó la muñeca grácilmente y la descubrió, sintiendo el pulso de la sangre que bombeaba rápidamente.
Sus colmillos aparecieron relucientes y blancos como la nieve y se acercaron a la piel del chico, perforándola suavemente y comenzando a absorber su vida. Los latidos del corazón de él se fundían con el de ella a la par que las fuerzas lentamente lo abandonaban. Shana se detuvo al ver que Hiroshi se debilitaba y soltó su mano. Él le dedicó una sonrisa débil y le dijo en un susurro: -Ahora no te escaparás de mí...
-Ya no puedo decir que no quiero ser lo que soy porque ya he causado un daño terrible... He desatado mi instinto contra una persona... Ya no soy humana...- Shana se sentó en el suelo y miró a su amigo quien hacía lo mismo lentamente, luego la abrazó y la besó.
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Byakuya No Sora Empty Re: Byakuya No Sora

Mensaje por Shana Yukari Lun Sep 21, 2009 10:20 pm

4º Capítulo: Deseo de Sangre

Luego de la llegada de Hiroshi a la Academia el mismo día que Shana, se hicieron inseparables. Los dos estaban en la misma Clase, pero la chica estaba siendo vigilada por el profesor Yagari, quien sospechaba que durante el 1º día de la muchacha en el lugar, había mostrado su lado vampírico al chico que la acompañaba.
El chico era la fuente de energía de ella, y cada vez que tomaba la sangre de él, debía hacerlo de noche para no levantar sospechas ya que había sido advertida por el director de que los de la Clase Nocturna se volvían locos por el aroma que se desprendía. Así fue como Shana se había enterado de la existencia de Vampiros en la Academia.

Pasado unos meses, Shana fue llamada por el Director, junto a otros chicos y chicas. Cuando llegó a la Dirección, encontró al presidente del Dormitorio de la Luna, Kuran Kaname, del que casi todas las chicas de la Clase Diurna hablaban por su belleza sobrenatural.
-Sumimasen Cross~sama... ¿Me mandó llamar?- Preguntó la chica sin mirar a Kuran. La verdad es que ella evitaba a los de la Clase Nocturna por el temor y el odio que les infundía el sólo hecho de verlos.
-Tu debes ser Yukari Shana, no?- Dijo Kaname con una amable sonrisa que hizo que escalofríos recorrieran el cuerpo de la chica, quien contestó con un movimiento de cabeza.
-Bien, Yukari~chan, ¿Sabes por qué estás aquí?- Dijo el Director, Kaien Cross, serenamente mientras sacaba una caja forrada de terciopelo negro con la insignia de la Academia. La abrió y extrajo de ella una cajita lacada de color rojo y negro, también con la insignia de la luna dentro de una rosa en la cubierta. -Esto es para tí, Yukari~chan...- Kaien le entregó la cajita a la muchacha quien, al abrirla, pensó en una cajita de fósforos, pero cuando vió el contenido interior, se quedó con una interrogante invisible sobre la cabeza.
-Éstas son pastillas comprimidas de Sangre... Las usarás cada vez que sientas el deseo de beber sangre... Pero primero toma una y haz la prueba para ver si eres compatible con ellas...- Dijo el chico presente con una voz sombría mientras le tendía un vaso de agua a Shana. Al rozar los dedos de él con los de ella, una descarga eléctrica desagradable recorrió el cuerpo de la chica haciéndola recordar aquel día en que fue convertida, lo que ella no sabía era que Kuran Kaname era un Purasangre, al igual que la mujer asesina de hace ocho años atrás.
Shana extrajo una de las pastillas blancas de la cajita, la examinó y luego se la llevó a los labios temblorosos, tomó un trago de agua y esperó.
A los 5 minutos no mostró reacción alguna, haciendo que Kaname la mirara con una expresión que a ella no le gustó en lo más mínimo.
-¿Qué pasa, Kuran~san? ¿Qué tiene de malo que no haya reaccionado?- Dijo la chica con una expresión de temor en sus ojos pero que no demostró al hablar.
-Nada... No es nada Yukari~san... -Se disculpó el aludido, pero de pronto su semblante se ensombreció y dijo:-¿Qué recuerdas de tu conversión?
-¿Eh?... ¿Es necesario responder a esa pregunta?- Preguntó la muchacha en dirección a Cross. El director no dijo nada y Kaname volvió a insistir en la misma pregunta. Shana se sintió ofendida, guardó las pastillas en un bolsillo de la chaqueta del uniforme y se dio la mediavuelta para salir de la oficina, pero el chico se levantó y tomó su mano antes de que ella abriera la puerta.
-Lo siento, no debí ser tan maleducado...- dijo con una sonrisa franca que hizo que Shana desistiera de salir. Ella bajó la mirada y luego susurró: -Pues... Fue hace mucho... Exactamente hace ocho años... Después de que mi familia... fuera... fuera...- La vista de la chica se nubló a causa de las lágrimas y luego se llevó una mano al rostro, se secó las lágrimas y siguió su relato. -El vampiro que me convirtió me dijo su nombre y luego... que lamentaba lo hecho... y que me daría la posibilidad de vengarme por lo ocurrido gracias a su sangre, a su karma... Se acercó a mí y...- La chica calló un momento. Era algo confuso lo que recordaba ahora.-Después de eso sólo recuerdo que él me dijo que bebiera y que siguiera pensando en vivir...
-Y aquí estás...-Dijo por fin el director mirando fijamente a Shana, Kaname estaba pensativo y no habló.
Pasaron 15 segundos y Kuran se levantó de la silla donde estaba sentado, se acercó a la ventana y murmuró:-Nivel D... Entonces no es una nivel E como pensaba... qué extraño... Me pregunto quién...- La chica se quedó mirando a Kaname, no sabía si preguntarle por aquel monstruo, la vampiro asesina. No se percató de que el Director Cross la miraba examinándola, así que cuando salió de sus pensamientos, se dirigió a él y le murmuró:
-Cross~sama, Qué es lo que ocurre en la asociación?... Me están siguiendo de cerca... ¿Por qué?... ¿Qué está pasando?- Los ojos grises del Director demostraban suspicacia y franqueza cuando él respondió que ignoraba qué pasaba.-No eres la única a quien siguen...- El sonido agudo del inicio del segundo bloque de clases hizo volver en sí a Shana, se despidió del Director con una leve reverencia y de Kuran Kaname sólo con una mirada y un tímido adiós, para luego abandonar la oficina.
Cuando la chica se fue, el director se dijo a sí mismo:-Nada será igual este año... Estaremos alerta...

-Shana, ¿qué te dijo Cross~sama?- Preguntó ansioso Hiroshi al ver a su amiga llegar a su lado, ella sólo le dio una mirada que decía que no preguntara aún, que esperara a otro momento, así que el muchacho se guardó para después el torbellino de preguntas que tenía para la chica. Caminaron desde el jardín que daba al pasillo de la Dirección donde él la esperaba hacia el salón donde sería la próxima clase: Álgebra.
Al llegar, evadieron a un grupo de chicas que hablaban animadas acerca de la belleza de la Clase Nocturna, Shana les dedicó una mirada de indiferencia, haciendo que Hiroshi se riera y las chicas se dieran vuelta a fulminarlos con la mirada. Más arriba, en los penúltimos bancos, se encontraban Yuuki Cross con su amiga Yori, la primera durmiendo profundamente y la segunda tratándola de despertar. Shana y Hiroshi siguieron su camino hasta llegar a los últimos bancos, donde estaba Zero en lo mismo que Yuuki, se sentaron y cada uno se perdió en sus pensamientos, viniendo a salir de su ensueño cuando llegó el profesor.
-¡Buenos días clase!- Saludó el profesor dejando sus cosas en su escritorio y luego tomando el libro de clases, comenzó a pasar lista. Al llegar al nombre de Yuuki, la chica no contestó, haciendo que el profesor dirigiera su mirada hacia ella.- Cross~san... ¡CROSS~SAN! ¡NO ES TIEMPO DE DESCANSO!- Dijo enfadado el profesor, quien luego se percató de que Zero estaba durmiendo también. Shana se acercó al muchacho y disimuladamente le movió el brazo para que despertara pero fue muy tarde -¡KIRYUU~KUN! ¡ESTA ES YA LA MILÉSIMA VEZ EN MI CLASE QUE TE VEO DORMIR! ¡PARA ESO EXISTE LA NOCHE Y ESTÁN LOS DORMITORIOS!... Así que usted y Cross~san se quedarán horas extra como castigo...- La mirada del profesor volvió al libro y siguió pasando lista, pero la mano de Shana y la de Hiroshi se elevaron.
-Sensei... Creo que nosotros no estamos en la lista...- Dijo la chica, luego, el profesor les pidió los nombres, Ambos respondieron: - Yukari Shana y Sugita Hiroshi...- El profesor los buscó y sí estaban en la lista, pero al último, así que los puso presentes y luego comenzó la clase. Shana miró hacia el lado y vio a Zero completamente dormido, le dedicó una sonrisa y luego le remeció el brazo.
-Kiryuu~kun... Kiryuu~kun... Despierta... El sensei te volverá a llamar la atención... Vamos, despierta...- La chica logró que Zero abriera un ojo soñoliento y luego se desperezara sin que el profesor se diera por aludido. Hiroshi la miró y luego le hizo una seña para que mirara hacia abajo de ellos, donde Yori también trataba de despertar a Yuuki. Finalmente Yori algo le dijo al oído a su amiga quien reaccionó diciendo en voz alta:-¡Itadakimasu!- y haciendo que el resto de la Clase la mirara y se riera. El profesor los hizo callar, irritado, y luego de echar una mirada furibunda, siguió escribiendo en el pizarrón. Hiroshi miró de reojo a Shana, quien estaba absorta en su tarea y pensando en alguna cosa lejana, y luego anotó lo que el profesor ponía en la pizarra.
-Aw...- Shana soltó en un susurro una exclamación de dolor, la garganta le quemaba... Hiroshi estaba muy cerca... La gente le hacía perder los estribos debido al olor de la sangre. La chica se levantó rápidamente y salió sin permiso del aula, echando a correr hasta más no poder hacia el baño. Las pastillas iban en su bolsillo, y a quedaba poco para poder tomar un trago de agua e ingerir aquella pastillita blanca para que no sintiera deseos de atacar a nadie.
Cuando estuvo cerca del baño de las chicas, sintió la presencia de alguien más... Pero no era un profesor... Era...
-Ohaio... Qué bello día, no crees?...- Un chico alto, de cabellera rubia y unos fríos ojos verdes la observaba apoyado contra la pared. -Disculpa, pero estoy algo ocupada... Adiós...- A Shana se le erizaron los vellos de la nuca y su sed disminuyó un poco, pero esto la asustaba, el chico que la había saludado era de la Clase Nocturna... Además, era muy bello.
-Es una lástima... Me gusta hablar con la gente nueva... Nunca te he visto junto a la comitiva que nos espera frente al portón de los Dormitorios...- El joven parecía amable, pero la muchacha tomó una actitud de alerta aunque sus deseos de sangre se aplacaran ante él.
-¿Te sientes bien?... Te ves algo pálida... Déjame ayudarte- Él se acercó a ella y le rozó la mejilla con un movimiento de la mano, la chica dió un paso atrás y luego dijo:- No vuelvas a hacer eso, si? Con permiso, debo irme...- El muchacho la siguió y luego se puso delante de ella, su rostro mostraba calidez y una bella sonrisa.
-Puedo ayudarte... Sé lo que eres, también sé que el chico que te sigue es la persona que te alimenta... Oh, perdona, He sido un descortés... Mi nombre es Usami Misaki... Un placer conocerte...- Shana estaba perpleja, el hecho de que el chico llegara y soltara esa información lo hacía alguien de cuidado, así que ella le dirigió una mirada recelosa.- Mi nombre es Yukari Shana... douzo...- En el momento en que Misaki tomó su mano y la besó, ella no se percató de que Hiroshi venía llegando hasta ella.
-¡Shana!... ¿Estás bien?- Hiroshi lanzó una mirada de pocos amigos a Misaki, quien todavía sostenía la mano de la chica entre las suyas, y luego la abrazó.- Me quedé preocupado... ¿Qué pasó allá en la sala? ¿Fue...eso?- La chica intercambió una mirada con él y luego de que Misaki le soltara la mano, dijo:- Estoy bien... No pasa nada... Sólo me sentí descompuesta... Pero ya estoy mejor... Gracias, Hiroshi...
-¿Y tú, quién eres?- Espetó de pronto Hiroshi hacia Misaki, éste último había cambiado su semblante por uno más antisocial hacia el recién llegado.- Mi nombre es Usami Misaki, soy de la Clase Nocturna... Sólo venía a darles la bienvenida, ya que, como le decía a Yukari~chan, no los había visto sino hasta hace poco... Bueno, me despido, tienen muchas cosas que hacer así que nos vemos!- El chico se despidió agitando suavemente la mano mientras se retiraba del lugar. Hiroshi lo siguió con una mirada que daba susto hasta que Misaki desapareció de su vista y luego se volteó hacia Shana, quien estaba con la cabeza gacha.
-Ten más cuidado... Podrían haberte matado... Además, no sabes si él sabe tu secreto y... y...- Hiroshi estaba enojado, le habló a Shana con un tono de voz golpeado, cosa que nunca había hecho desde que la conocía. Shana reaccionó ante el tono de voz de su "amigo" y levantó la mirada en su dirección.- Ya lo sabe... Aunque desconozco el porqué...Sabe que eres... eres... mi...- Ella se calló y luego sintió su garganta quemándole otra vez, Hiroshi estaba muy cerca de ella... Su sangre la llamaba desde sólo centímetros. No se quiso acercar más a él, así que corrió hasta llegar al baño de chicas en donde sacó el pastillero y luego extrajo una pastilla. Se la llevó a la boca y abrió la llave del lavabo, tomó un trago de agua y al cabo de un momento, se sentó en el suelo frío del baño sintiendo cómo el calor abrasador que corría por su garganta se hacía más y más débil.


5º Capítulo: El Baile

Pasado un tiempo, en la Academia comenzaron los preparativos para el Baile Anual para los nuevos. El ambiente de todo el lugar era de expectación, alegría y... Stress.
-Ara... ¿Cuándo se terminará esto?...- Se preguntaba Shana mientras ayudaba a llevar unas cajas al Presidente de Curso.- Si sólo Hiroshi estuviera aquí...- El chico había salido de la Academia debido a que su padre había llegado de su viaje de negocios, aunque todo lo que hacía se lo contaba a Shana por medio de cartas que le enviaba a diario a pesar de que ambos no estuvieran tan lejos.
-Cuidado, Yukari... No te distraigas...- El presidente de curso estaba cada día más histérico, cosa que a Shana no le gustaba.
Cuando el sol se puso y era momento de darle paso a la entrada de la Clase Nocturna, Shana sintió ganas de ir a curiosear al portón de los Dormitorios de la Luna. Al llegar ahí, se encontró con una multitud de chicas que gritaban y empujaban por doquier así que decidió quedarse lejos del grupo... Yuuki estaba en medio de un grupo que no hacía más que empujarla y tirarla para todos lados, hasta que Zero hizo su llegada. Las fangirls entraron en razón al verlo y se ordenaron en filas como si nada hubiera pasado.
-¡Llegas Tarde otra vez, Zero!- Shana escuchó la discución que Yuuki había comenzado con Zero por su tardanza.-¡Cállate! Ahí vienen...- Le espetó Zero de vuelta a Yuuki mientras las puertas del Dormitorio se abrían y daban paso a los estudiantes de la otra clase.
Shana vio a los chicos, reconociendo al primero de ellos: Kuran Kaname, presidente de aquellos dormitorios aunque la chica que viera el día en que ella y Hiroshi llegaran fuera la que se encargaba de hacer la guardia en algunas ocasiones y de distribuir las habitaciones de la Clase Diurna debido a la enfermedad de la encargada de esa clase. Después de ver a muchos chicos y chicas salir, Shana sintió una desesperanza en el interior aunque no sabía la razón. Cuando dió la media vuelta para regresar a su dormitorio, sintió un murmullo tras de ella...
-¿A quién esperabas ver?- La chica giró hacia la voz que le murmuraba y cayó en la cuenta de que era Misaki, quien la miraba con una sonrisa cálida en los labios, como el día en que se le apareciera de repente. Ella se sobresaltó, haciendo que el chico se riera de una forma dulce, que a ella le cautivó.- ¿Estabas esperándome?... Qué lindo gesto de tu parte Yukari~chan...- Shana sintió un montón de ojos en su nuca, de seguro eran las chicas de su clase mirándola con envidia. Miró por un instante el rostro de Misaki, contemplando las bellísimas facciones de éste, su cabello rubio y aquellos fríos y penetrantes ojos verdes que miraban a su alrededor con curiosidad y una pizca de burla.
-No... Yo... Yo no esperaba verte Usami~san... Sólo...- A Shana se le enredaban las palabras en la lengua y no podía evitar sentirse incómoda ante la persona que tenía enfrente... Un súbito calor le encendió las mejillas y comenzó a tartamudear.- Quería ver... qué... es lo que... atrae... la aten...ción... de las... c-chicas... P-pero y-ya ví qué era... así que me regre...so a los dormitorios... Bien, adiós...- La chica partió en dirección a los dormitorios, pero Misaki fue más rápido y le sujetó de la mano.
-Pensaba no ir al Baile este año como siempre pero ya que te veo... me preguntaba si tenías pareja...- Cuando Misaki dijo esto, hizo que el rostro de la chica se encendiera más y más... Shana no sabía qué hacer, no sabía si Hiroshi estaría aquí para ir con ella o no... Además, se debatía si era bueno que ella tomara contacto con aquel chico tan extraño que sólo había hablado con ella sólo una vez.- Te dejaré pensarlo... Luego me dices si puedes o no, está bien?... Adiós Yukari~chan, fue un gusto verte de nuevo...- Le besó la mano como aquel día y luego se unió al grupo de estudiantes que salía de entre la masa de chicas que abarrotaba el lugar.
Shana corrió rumbo a los dormitorios, con la cabeza dando vueltas a mil por segundo... Sus pensamientos eran confusos y estaba tan desconcentrada que ni siquiera sintió el aroma de la sangre de las chicas que estaban cerca de ella. Cuando llegó a los Dormitorios del Sol se encontró con Inori, quien la saludó efusivamente y luego siguió su camino por el pasillo, Shana entró a su habitación y cerró la puerta.
-Me pregunto... ¿Qué rayos estoy haciendo?... Él es de la Clase Nocturna... un... un... NO, no puedo... Además qué pasaría con Hiroshi... es mi... Mayor apoyo...- La chica dió vueltas por el dormitorio y luego se metió al baño para darse una ducha tibia que de seguro la calmaría y a sus pensamientos también.
Después de ducharse y ponerse el pijama, Shana se metió a la cama y se tapó hasta las orejas con las mantas. La luna enviaba sus rayos tenues por la ventana de la habitación, dándole un toque casi celestial a las paredes... La chica se dió vuelta hacia la pared y los recuerdos del día llegaron a su mente en forma de sueños. Estaba tan profundamente dormida que no se percató de que alguien estaba con ella en aquel lugar, quien se acercó a ella para darle un beso en la frente y desearle las buenas noches, para después huir por la ventana.
-Hiroshi... yo... te...


Los primeros días de la semana del baile, estuvieron llenos de emoción. Las chicas discutían acerca de cómo lucirían ese día, con quiénes iban a ir y otras cosas por el estilo, mientras Shana aún seguía sola en clases. Durante la espera en la sala a la clase del profesor Yagari, la chica, quien estaba de brazos cruzados apoyados en la mesa y su rostro escondido entre ellos, sintió que alguien se sentaba a su lado.
-¿Cuándo llega Sugita?- La voz familiar de Kiryuu Zero hizo que Shana levantara la cabeza en dirección a él.
-No lo sé, Kiryuu~kun... No lo sé...- La chica volvió a esconder su rostro que lucía algo enfermo. -Creo que esto te pertenece...- Zero le extendió un sobre donde el nombre de ella venía escrito con la inconfundible letra de Hiroshi. Shana se levantó de la mesa y recibió lo que Zero le entregaba. -Gracias, Kiryuu~kun...- Dijo ella lentamente mientras abría de un tirón el sobre sacando su contenido y leyó la carta en absoluto silencio. Luego de leerla, la guardó, buscó algo en su bolsillo y salió corriendo hacia la puerta, donde el profesor casi se cayó al tropezar con ella.
-¿A dónde vas, Yukari?... Hay clases...- Dijo fríamente el profesor.
-Olvidé algo importante antes de entrar aquí, sensei...- Ella le hizo una seña mostrando el cambio de color de sus ojos: de café a rojo escarlata. El profesor hizo una venia y le dijo: -No tardes... O te pondré ausente y ganarás castigo extra...- La chica corrió hacia los Dormitorios del Sol y luego hacia su habitación. Buscó la cajita que le había entregado el Director, que no tenía en el bolsillo, y luego salió otra vez hacia las aulas de clase. Casi al llegar a la sala de donde había salido corriendo, se volvió a tropezar, pero esta vez con Hiroshi y su maleta.
-¡Cuidado, Shana!... ¡Es un gusto volver a verte!-Dijo el muchacho abrazando a la chica, ella sintió, a pesar de haber tragado ya la pastilla, un deseo intenso de morder aquella garganta y tomar el líquido precioso que corría por ella. Shana retrocedió.
-Discúlpame, Hiroshi... Yo... No puedo seguir así... Puedes... Corres peligro conmigo...- El muchacho entendió lo que ella quería decir, tomó una pequeña navaja que traía en su bolsillo, la abrió y luego se punzó el dedo corazón de la mano izquierda, una pequeña gota de sangre se asomó a la superficie de la yema pálida.-Vamos, ¿O piensas quedarte ahí?-Hiroshi instó a la chica a beber las gotas de sangre que sobresalía del dedo, el aroma inundó la nariz delicada de ella, y sin pensarlo, se entregó a su deseo de tomar aquel elixir de vida. Luego de un momento, ella soltó el dedo de Hiroshi, él le dedicó una sonrisa débil y dijo:-Te dije que no quedarías sola en esto... Haré lo que sea para ayudarte...- Luego, la abrazó tan fuerte que, si ella no hubiera sido vampiro, de seguro le habría quebrado la espina dorsal.
-Te eché de menos, Hiro~kun... En serio...
-Vamos, no seas cursi... Aunque, al decir verdad, yo también... ¿Qué hiciste durante estos días?- A Shana se le vino a la mente el recuerdo de hace unos días atrás, cuando Misaki le preguntara por la pareja del Baile. Su rostro se cubrió de un rubor intenso y luego sacudió la cabeza, como quitándose alguna cosa molesta de encima. Hiroshi le dedicó una mirada inquisitiva y dijo:-¿Te molesta algo?... ¿O aquel chico de la otra Clase?- La chica de pronto dijo:- Ya es tarde Hiro~kun, es momento de volver a clases... tengo que volver...- El chico lanzó una mirada que significaba que más tarde volvería a preguntar y, soltando a Shana, tomó su maleta para dirigirse a la habitación cerca de la de la chica, en los Dormitorios del Sol. Ella, en cambio, volvió al salón de clases algo confundida.
-Espero que Yagari~sensei me deje entrar
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Mensaje por S h i n ~ h a e Vie Sep 25, 2009 10:10 pm

DD:!! OMGsh!! tu lo escribiste?
Esta super genial!! me lei el capitulo 1 y me dejaste maravillado *o* me lo seguirpe leyendo y te voy comentando!! me gusta como lo relatas tan entendible y facil de imaginar !! *o* felicidades!

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